Conocido como el noveno arte (no sin generar polémica), el cómic es una forma de expresión artística que busca transmitir un mensaje a manera de relato compuesto por una serie de ilustraciones que deben ser leídas en secuencia continua; este puede complementarse con cuadros de texto (que se corresponden con el contenido narrativo gracias al estilo gráfico con el que están diseñados), o no (cómic mudo).
En este 25 de mayo, día del orgullo friki, te hablaremos un poco acerca del cómic y los puntos que se han considerado pueden convertirlo en un arte, dejando claro en principio que el arte puede ser un producto, pero no todo producto es arte (nos aventuramos a decir esto basados en la idea de que no podemos eliminar el principio artístico, sólo por pretender complacer a alguien más).
Debemos entender primero que toda obra de arte tiene una intención (declarada o tácita), sin intención no hay arte y todo arte es expresión, pero no toda expresión es arte; por ejemplo, si perdemos algo muy preciado para nosotros podemos llorar para expresar nuestra tristeza pero eso no la convierte en arte.
Es aquí en donde interviene la belleza y esta es subjetiva (lo que a ti te parece hermoso, a otro puede parecerle grotesco) y cambia de la mano de las sociedades, adherida al contexto en el que se vive. La belleza varía a ojos de quien la observa, es por esto que toda obra de arte manifiesta belleza aun cuando al espectador le resulte inentendible. Entonces, tenemos que el arte debe poseer intención y belleza.
Y aquí llegamos a la parte interesante: ¿Por qué resulta polémico hablar del cómic como un arte? La respuesta es que los cómics son vistos como un producto, una fuente de entretenimiento. La polémica rodea al debate de si una fuente de distracción, puede o no ser un arte. Un punto recurrente entre quienes no creen esto es que el entretenimiento se usa para complacer a la mayor parte del público y obtener ganancias de esta forma. Sin embargo, y como lo mencionamos al principio no podemos eliminar el principio artístico, sólo por pretender complacer a alguien más, pues en consecuencia una buena parte de las grandes obras de arte que conocemos perderían dicho título (películas, pinturas, obras literarias, etc.). El arte puede ser un producto, pero no todo producto es arte.
Durante un tiempo se buscó catalogar dentro de las bellas artes ya estipuladas al cómic, más concretamente dentro de la literatura (en conjunción con la pintura), sin embargo éste cuenta con sus elementos propios, como pueden ser el uso de onomatopeyas, textos, viñetas, entre otros. Dentro del cómic, las ilustraciones son esenciales, pero esto no las vuelve una pintura como tal, ya que responden a la narrativa dentro del mismo sin la cual simplemente no existiría el cómic. Por lo tanto, se necesita de una serie de ilustraciones en secuencia que puedan crear una narrativa, con texto o sin el. Es así como logramos probar que el cómic no entra dentro de la literatura (pues no existe obra literaria que pueda presidir de las palabras para narrarnos algo) y tampoco dentro de la pintura, pues aunque se valga en algunas ocasiones de esta, tenemos también las foto novelas, que se valen de la fotografía para crear su propia narrativa.
Tomando en cuenta todo lo anterior, se puede concluir que el cómic es un medio narrativo con elementos que pueden poseer intención declarada o tácita y usan la belleza como medio de expresión, lo que puede convertir a algunos de ellos (recordando que el arte es una abstracción en la que no existen los absolutos) en una obra de arte… ¿O qué piensas tú al respecto?
A continuación, te mostramos algunas portadas o fragmentos de cómics cuya inspiración gráfica han sido pinturas famosas por ser consideradas una obra de arte a lo largo de la historia.
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